Muchas de las obras rupestres encontradas fueron realizadas con esta técnica:
aplicando pintura, soplada dentro de un hueso, sobre un molde apoyado en la roca.
Recogían ocre, unas piedras blandas de color amarillo, marrón o rojizo.
Las molían hasta obtener polvo, que mezclaban con grasas de animales.
Cueva de las Manos
dejaron su huella en La Cueva de las Manos hace más de 9300 años.
Así que nuestros antecesores fueron los primeros graffiteros sobre muros de piedra.
Para nosotros, verter gotas de témpera sobre el papel
y soplar aire por la pajita, nos resulta muy difícil.
¡Aunque lo intentamos¡
Por eso, decidimos pintarnos las manos con témpera
y estamparlas sobre la cueva .
Presionando las manos
y levantándolas con cuidado.
¡Casi se nos quedan pegadas!
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