domingo, 29 de noviembre de 2009

Sistema Solar Infantil

El Sistema Solar

En el centro del Sistema Solar hay una estrella: el Sol.


El Sol es una estrella: la estrella más cercana a nosotros
El Sol nos da luz y calor, y gracias a él los animales y las plantas crecen
El Sol es mucho más grande la Tierra y que nosotros, pero en realidad es pequeño comparado con las estrellas del Universo.
Lo que pasa es que el Sol está muy cerca de nosotros y por eso brilla más que las otras estrellas.

En el Sistema Solar hay 8 planetas
Nosotros vivimos en un planeta que se llama La Tierra. Es un planeta que da una vuelta cada día, y que da otra vuelta, mucho más grande, en torno al Sol en un año. Además de la Tierra existen otros planetas. ¡Vamos a conocerlos!
Mercurio, Venus, La Tierra y Marte
son pequeños y de roca y piedra,
son los más cercanos al Sol


Los planetas más cercanos al Sol. Entre ellos podemos ver al nuestro: La Tierra.

Mercurio es muy pequeño y está lleno de agujeros,
y está tan cerca del Sol que todo se derrite.

Venus, el brillante lucero del alba está incluso más caliente que Mercurio.

La Tierra es nuestra casa, y es el único planeta que tiene vida.
¡Hay que cuidarlo mucho!


La Tierra tiene un satélite que se llama La Luna, que da vueltas nuestro alrededor.

Marte es el planeta rojo, y tiene también agua,
aunque menos que la Tierra.

Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno
son gigantes, y son de gas.
Son los que están más alejados del Sol


Júpiter es el más grande. Tanto que abarca más de 1.000 veces la Tierra. Y tiene muchísimos satélites.


Saturno es un poco menos grande que Júpiter,
y tiene además preciosos anillos


Urano es un poco menos grande que Saturno,
¡y está siempre tumbado!


Neptuno es muy parecido a Urano. Es el planeta más lejano.
También hay un planeta enano: Plutón
Tiene otros hermanos y primos, pequeños como él, y son también planetas enanos.


Plutón es muy pequeño y vive en el sitio más frío del Sistema Solar.
Además hay un montón de rocas



Estas rocas se llaman asteroides, y cuando caen en los planetas se llaman meteoritos
Los asteroides son más pequeños que los planetas enanos
Y muchos, muchos cometas


Los cometas son bolas de hielo y nieve que van por el espacio, y que se deshacen con el calor del Sol
Hay muchos millones de cometas en el Sistema Solar. Cuando se acercan a la Tierra, pueden incluso observarse por la noche

martes, 16 de junio de 2009

La lectura comienza en la escucha

La voz de la joven madre llega a las hijas por igual, pero mientras la pequeña recibe las palabras con desasosiego, la mayor refleja en su rostro la serenidad del gozo. Ambas están cautivadas por el relato, pero cada una de ellas lo acoge de un modo diferente.
Las palabras del libro entornan los ojos de la mayor y abren desmesuradamente los de la pequeña. La ensoñación de una se complementa con los descubrimientos de la otra.
Ambas hermanas representan las dualidades de la lectura: mirar dentro y mirar fuera, ensimismarse y evadirse, ser uno y ser otro. 

Un pequeño poema de Angel González muestra la emoción que puede transmitir la lectura.

Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas,
y una voz cariñosa le susurró al oído:
- ¿Por qué lloras, si todo en ese libro es de mentira?
Y él respondió:
- Lo sé; pero lo que yo siento es de verdad.

martes, 21 de abril de 2009

Recuerdos sobre Don Quijote


Casa de Cervantes

El pueblo de mis padres es Esquivias, provincia de Toledo, muy próximo a Madrid, apenas a 40 Kilómetros. En los años cincuenta, compartía estación de tren con Yeles.

Desde La Ciudad de los Angeles en Villaverde, existía un apeadero, el de Barreiros. Nos montábamos en el tren. Recuerdo los bancos de madera. Al llegar a Yeles-Esquivias , esperábamos en la sala a que nos recogiera el autocar. Yo no entendía porqué mi madre me cambiaba los calcetines y me repasaba la cara con un pañuelo húmedo, la carbonilla se impregnaba en todas partes.

Nada más abrazar a mis abuelos paternos. Mi padre iba a visitar a su primo Pedro, el de la Luz, yo siempre le acompañaba. Vivía en una calle estrecha, un poco más abajo de la calle Oriente, la de mis abuelos. Torcíamos hacia la izquierda por la pared de la Casa de Cervantes y señalando a un único balcón viejo y soleado,me decía: -Mira, niña, la habitación donde vivió Cervantes, donde escribió el libro de Don Quijote. Muchas noches a la luz de una vela, y eso que sólo tenía un brazo.

Lejos de asustarme, sentía curiosidad al mirar aquel balcón olvidado.

La figura de mi abuela Vicenta, con la que todos en mi familia me comparan, dicen que les recuerdo mucho a ella, era mi recurso. Siempre me atendía, contestaba a mis preguntas con una dedicación. Me contaba algunas aventuras del Quijote. Cuando paseábamos por el pueblo, me mostraba la torre, la bodega del vino tinto de Cabila, la fuente grande desde la que se subía a casa de mis otros abuelos, los de mi madre, y las cuevas. Todos los vecinos la decían que niña más hermosa, igual que José. Se sentía orgullosa de mí y yo me sentía feliz junto a ella.

Mi primera lectura del Quijote fue en el colegio. Tenía siete años y leíamos por las tardes, en voz alta cuando te tocaba, un ejemplar para escolares, con pastas de cartón, pero pocas ilustraciones. Pasaban por mi mente, las imágenes del pueblo, lugares, colores, olores. En casa volvía a leerlo. El capítulo de los molinos de viento me lo aprendí de memoria. Me apetecía tener a Don Quijote y a Sancho como compañeros. Siempre hacían por entenderse, aunque fueran dos personas tan diferentes. Me molestaba la gente de las ventas, que se mofaban de dos personas tan buenas.



martes, 14 de abril de 2009

Julio Cortázar amigo de Gabriel García Marquez



Alguien me dijo en París que él (Julio Cortázar) escribía en el café Old Navy, del boulevard Saint Germain, y allí lo esperé varias semanas, hasta que lo vi entrar como una aparición. Era el hombre más alto que se podía imaginar, con una cara de niño perverso dentro de un interminable abrigo negro, y tenía los ojos muy separados, como los de un novillo y tan abiertos como los de los peces, que le hacían parecer sobrenatural.
Se sentó en una mesa del rincón y se puso a escribir durante más de una hora, sin una pausa para pensar, sin tomar nada más que medio vaso de agua mineral, hasta que empezó a anochecer en la calle. Guardó la pluma en el bolsillo y salió con el cuaderno debajo del brazo, como el escolar más alto y más flaco del mundo.

martes, 31 de marzo de 2009

Leer - Cuando todo comienza


Hace unos días, entre tímida y excitada, Elisa, que ha cumplido seis años, quiso demostrarnos que ya sabía leer. O mejor: que había comenzado a reconocer los sonidos y el significado de algunas palabras. Estaba en ese apasionante momento de enfrentarse sola a un texto y descubrir que ese mar de letras tiene sentido y ella es capaz de reconocerlo. Pocas sonrisas tan hermosas como la que produce el desvelamiento de un secreto incitador e insondable. La expresión de gozo que Elisa dispensaba a todos los que la rodeaban evidenciaba la recién conquistada autonomía para transitar en silencio por el alfabeto del mundo. Era también una prueba manifiesta de la trascendencia de la lectura.
Cuando Elisa tenía tres años y medio escribió el cuento que reproduzco más arriba. Es un prodigio de imaginación y felicidad. Las líneas quebradas que rodean su dibujo, y que comparten los niños de esa edad en muy diversas culturas, eran las tempranas palabras de su incipiente fantasía. Eran asimismo los signos de un aprendizaje que estaba en marcha, que continuaría imparable en los siguientes años, que culminaría en la sonrisa que hace unos días nos regalaba. Leer ha comenzado ya a formar parte de sus modos de mirar la vida.
PUBLICADO POR JUAN MATA

martes, 24 de marzo de 2009

la silla de enea


"La silla de enea" de Vincent Van Gogh
Para empezar, un descanso no viene nada mal después de tanto orbitar por el espacio. Sentarse cómodamente y desconectar.

lunes, 16 de marzo de 2009

Vincent Van Gogh un pintor incomprendido

Actividades de Estudio Alternativo- Bloque de Arte- Educación Infantil 5 años

Cuaderno de Vicent Van Gogh

Por las tardes, en los momentos de descanso, no me entretiene la televisión, prefiero escuchar la radio. Me preparo un café, si puede ser de La Mexicana mejor. Sobre la mesa de la cocina extiendo alguno de los libros de Arte que andan por las estanterías de mi casa. Busco la imagen apropiada y leo y releo hasta encontrar la historia, anécdota del cuadro, biografía del artista y escribo un comentario, pensando en los alumnos y alumnas , sobretodo que les motive.

Aprovecho el paseo de ir a comprar el pan, para realizar las copias en color de las obras que en clase voy a trabajar.


Mi Cuaderno de Vincent Van Gogh
Es Vincent Van Gogh, un pintor holandés famoso por su oreja.

Nació en 1.853. Siempre se sintió incomprendido, fracasado.

Ya, de pequeño, apenas soportaba la presencia de los demás niños. Unicamente su hermano Theo, cuatro años menor, era el que podía estar a su lado.

De joven quería ser predicador como su padre, pero abandonó los estudios de Teología para dedicarse a ayudar a los mineros y a la gente más humilde.

Pobre, hambriento y sin paga, el que cayó enfermo fué él, pero de tristeza.

Theo le buscó un empleo en una Galería de Arte en París, donde visita los museos y descubre con pasión al grupo de los Impresionistas: los pintores de la luz.

"El merendero de Montmartre en París"
Se inicia a pintar como ellos, temas sencillos, gente corriente, los lugares con sus grises, sus nieblas, sus reflejos, sus gamas de color.

Pronto se cansó de la disciplina de un trabajo y se despidió, quedando al amparo de su hermano , quién le mandaba dinero y Vincent lo derrochaba en tabaco.

Se enamora de una joven y ésta le rechaza, por lo que su carácter impulsivo se vuelve violento.

Deciden viajar al Sur buscando un lugar luminoso que le animara un poco: Arlés.


La luz del Sol y la variedad de las flores del campo cautivaron a Vincent. Alquiló una casa amarilla con ventanas verdes. Se pasaba horas y horas pintando: su humilde casa, lirios, girasoles, árboles frutales, trigales.



Observa su habitación: muebles sencillos, la silla de enea, las paredes color lila decoradas con sus cuadros, la cama amarillo anaranjado y la ventana verde. Quería transmitir el sosiego que sentía.

Vincent se encontraba ilusionado y feliz en Arlés.


Cada alumno pinta su habitación.



Por aquel tiempo, comenzaron a utilizarse las farolas de gas en las calles. En las noches claras y cálidas sacaba su caballete, sus óleos y su silla y plasmaba la noche, como ningún pintor hasta el momento. En la obra "Frente al café" refleja el contraste luminoso del toldo de la terraza y el lado oscuro de la calle. Las estrellas parecen explotar en el cielo, como los cohetes en las ferias. Una maravilla.



Los vecinos le decían: "El loco del pelo rojo", pero no conseguía vender ni un cuadro.


Los girasoles

Escribiría a su querido hermano: "Yo no tengo la culpa de que mis cuadros no se vendan, pero llegará el día en que la gente reconozca que valen más que el dinero que costaron los colores para pintarlos".

A finales del verano de 1.888 invitó a un pintor que conoció en París, Paul Gauguin, a pasar una temporada con él y , así, fundar una Asociación de Artistas, que expresaban su estado de ánimo en sus obras.


Paul retrata a Vincent pintando los girasoles.

Paul poseía una personalidad fuerte y cautivadora, por lo que no se dejó llevar por los contínuos cambios de humor de Vincent. Sufría al ver cómo malgastaba el dinero que su hermano Theo le mandaba con tanto esfuerzo. También le recriminaba su mal carácter.

Pronto dejaron de confiar el uno en el otro.

Una noche antes de la Navidad, Paul se fué de paseo dejando sólo a Vincent quién, en una crisis de ansiedad, se cortó una oreja con la cuchilla de afeitarse, la envolvió en una hoja de periódico y se la llevó a una amiga.


"Autorretrato con la oreja vendada" Enero 1.889

Cuando Paul regresa, le encuentra echado sobre la cama muy débil. Llama urgentemente a Theo y le ingresan en un hospital cercano, en Saint Remy, donde permanece casi un año.

La silla de Vincent - La silla de Paul

Observad las sillas, son diferentes como sus dueños. Están vacías, los amigos ya no se sientan a charlar horas y horas. La amistad se ha roto.

Paul Gauguin se marchó de Arles, muy muy lejos, a las Islas Vírgenes en el Océano Pacífico, de donde regresó con unos cuadros preciosos.

Mientras a Vincent, el director del hospital le dejaba pintar lo que veía desde la ventana: el patio, los trigales.

Nos ofrece la "Noche estrellada": quietud en el pueblecito, movimiento en el cielo; la Luna naranja parece el Sol, los cipreses arden como las llamas. Vincent percibe dentro de sí un sufrimiento que quisiera que se apagara, que se consumiera como una hoguera, pero no.

Theo decidió seguir los consejos de Pisarro, amigo pintor, y traerse a su hermano más cerca de París, a Auvers a los cuidados del Doctor Gachet, bohemio y buena persona. Vincent le retrató preocupado, pues no intuyó curación posible para él.

Vincent se marcha, ya tarde, a un trigal y se dispara un tiro en el pecho. Con paso vacilante llega a la pensión. Muere dos días más tarde en brazos de su buen hermano Theo, quien nunca le abandonó. Era el verano de 1.890.
-------------------
Me impresionó, nunca mejor dicho, el interés de los niños por Van Gogh y por lo que le pasaba: Como es posible que una persona tan triste pudiera crear una obra tan preciosa, que se cortara la oreja con la cuchilla de afeitar, la labor de su hermano Theo que le mantenía porque sabía que estaba enfermo, su amistad y sus discusiones con Paul, la preocupación del doctor que no podía curarle.

Cuando escucho en la radio o leo en el periódico el dilema de las actividades de estudio alternativo o de la Educación para la Ciudadanía me indigno, porque los profesores conscientes de nuestra tarea, transmitimos contínuamente valores importantísimos para la buena formación y el desarrollo físico y social de nuestros alumnos.