Isidro, el castañero, nos da a probar sus castañas,
recogidas en un bosque de castaños.
Lucía, la castañera, nos propone abrir los almendrucos
con el cascanueces y comernos las almendras.
Alex G., el responsable de hoy, toca la guitarra, o mejor,
la calabaza,(no recuerdo su nombre, pero en Brasil es un instrumento musical)
y nos muestra la bandeja de frutos carnosos: manzanas, pera, uvas,
caqui y membrillo.
Observamos las diferencias entre los frutos carnosos:
piel, huelen bién, carne, zumo, les sale moho, se pudren,
hay que comerlos pronto o envasar su zumo, vino, sidra o aceite en botellas,
y los frutos secos: cáscara, sin zumo, duran mucho, pueden almacenarse.
Escribimos a un lado de una hoja: piel,
pera, manzana, uvas y las estampamos con témpera.
En el otro lado, escribimos cáscara, castañas, almendras
y pegamos las cáscaras.
¡Nos comimos las castañas y las almendras crudas, sin asar ni tostar!
Pero tuvimos que barrer el suelo, pues se llenó de cáscaras!
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