Los centinelas observan polvo a lo lejos y gritan:
-¡A las armas!
Hacen sonar las campanas. Los campesinos corren hacia el castillo
entran por el puente y agarran su azadón o su hacha y se presentan
en el patio de armas junto a los soldados.
Los porteros elevan el puente y cierran la entrada.
¡Todos a defender el castillo!
El Señor Feudal cuenta en la Armería con el Maestro Armero,
quien se ocupa de las armas de bronce y la tropa de guardianes y soldados que las manejan.
Los atacantes golpean el puente con el ariete, lanzan piedras con la catapulta
y levantan escaleras de madera sobre las murallas.
Desde el camino de las almenas los arqueros y los ballesteros lanzan las flechas,
un soldado dispara balas de cañón ¡qué moderno! y otro vierte aceite hirviendo.
Si alguno logra subir, a luchar cuerpo a cuerpo con las espadas o las mazas.
Algunos de los soldados que muestran arrojo son nombrados Caballeros.
En la Ceremonia de Homenaje, después de bañarse y vestirse con túnica y capa,
juran defender la fortaleza o los campos del Señor con valor y lealtad, y éste les ofrece
la espada, la armadura, el caballo y las tierras para él y su familia.
-Mauro Maurero,
te nombro Caballero.
domingo, 23 de febrero de 2014
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