Formamos dos montones: uno de arena fina y otro de grava.
Escondemos dos canicas en cada uno.
Canicas en el montón de arena
Canicas en el montón de grava
Soplando o removiendo despacio, imitando al viento y a la lluvia en la Naturaleza,
pensamos y decimos hipótesis a estas preguntas:
¿Qué montón va a resistir el viento o la lluvia?
¿qué montón se va a deshacer antes?
¿cuál va a esconder mejor a las canicas?
La arena de desparrama rápidamente y aparecen las canicas.
Las piedras no se mueven al soplar, tenemos que retirarlas con las manos.
Conclusión: Entre la arena encontramos antes las canicas.
Las canicas se esconden mejor entre la grava.
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