Jugando en gran grupo: Cogerse de la mano, seguir al de delante,
esperar hecho un nudo, son situaciones en las que aprendemos a relacionarnos,
a sentirnos como uno más, a notar que el esfuerzo individual es necesario
para que la cuerda no se rompa.
Los maestros observamos la madurez social de los niños:
Aceptan las reglas del juego y se asocian para jugar,
expresan seguridad en sí mismos y confían en sus posibilidades.
Comparten momentos felices en la escuela.
Verbena, verbena,
la casa se te quema.
¿Por dónde? ¿Por dónde?
Por la casa del conde.
- Señora María.
-¿Qué?
-¿Tiene usted una cuerda?
-Si, pero la tengo llena de nudos.
-¡Pues vamos a deshacerla!
Verbena, verbena,
la casa se te quema.
¿Por dónde? ¿Por dónde?
Por la casa del conde.
Lo hemos conseguido
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario