El Circo Rojo-Azul llega al País de las Letras y monta su carpa.
Los artistas, ilusionados, preparan su función con esmero.
Pero ¡no viene casi nadie!
El director preocupado, busca una solución.
Al día siguiente, salieron a la calle a desfilar
para que los vecinos les conocieran y se divirtieran con
las ocurrencias de los payasos y las alegres canciones.
Los músicos iban delante con las trompetas y los tambores.
Desde la habitación de palacio, el rey u, se asustó
al oir el primer tararí tarará y se enfadó:
¿Quién les ha dado permiso para armar tanto jaleo?
¿No saben que es imposible trabajar si no hay silencio?
Hablando con todas las letras, encontraron una solución:
La señorita s será la responsable de mandar callar.
Dirá sss o se pondrá un dedo en los labios sss.
Recordar todos debemos hacer lo posible
por guardar silencio cuando nos lo pidan.
Con la melodía de "Había una vez un barquito chiquitito",
cantamos:
Tararí, tararí,
suena, suena la trompeta.
Pom, pom, pom, pom, pom, pom,
suena, suena el tambor.
¿Quién hará que se callen?
¿Quién hará que se callen?
Pues, no se puede trabajar.
Venga Señorita s.
Venga Señorita s.
Mándeles Usted callar.
Venga Señorita s.
Venga Señorita s.
Mándeles Usted callar.
Saludamos a la Señorita s
Para escribirla, decimos:
"Sube pajarito, (sube una raya)
dame tu piquito" (baja una curva hacia dentro)
miércoles, 22 de febrero de 2012
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