Ya en clase, por la tarde, estarcimos polvos de colores prehistóricos:
cola-cao, harina de vainilla y canela, sobre la yegua.
Untamos pegamento y vertemos los ocres con la pinza de los dedos.
Apretamos un poco con una pelota de papel mojada en agua y
ya tenemos la yegua rupestre.
¡A chuparse los dedos!
jueves, 4 de diciembre de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario