En todos los lugares donde el Homo Erectus, aunque con rasgos diferentes, habita, aparece el fuego en su vida y la mejora considerablemente.
Le defiende de las fieras salvajes, endurece la punta de las armas de madera,
le da luz, calor y seguridad en las noches oscuras.
El control del fuego: encenderlo, conservarlo y apagarlo, le cuesta mucho tiempo, pero le transforma en Homo Sapiens, el hombre sabio, que modifica los elementos de la Naturaleza para resolver sus necesidades físicas y sociales.
Llega el frío, mucho frío. El Homo Sapiens conoce las piritas y la yesca para encender fuego y tener luz y calentarse. Echa a las fieras de sus guaridas y crea en ellas su casa. Ahúma y sala la carne y los peces para poder comer cuando no puedan salir de caza. Curte las pieles con raspadores de piedra y las cose con agujas de hueso.
En el sur de Europa los Homo Sapiens Neanderthales
quedan atrapados al no poder cruzar el Estrecho de Gibraltar
y aguantan el rigor del Invierno, durante miles de años,
para desaparecer después sin saber cómo.
Los Homo Sapiens Cromañones son nuestros antepasados más cercanos.
Viven en nuestro país durante el Paleolítico.
Habitan en las cuevas de Altamira donde decoraron el techo con
unas pinturas rupestres de animales como este bisonte
que pintamos con una bola y bastoncillos de algodón mojados en témpera aguada.
Aprendemos su forma de vida en el Proyecto de La Prehistoria
viernes, 28 de noviembre de 2014
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