Para entender la forma de vida de los Hombres Paleolíticos, nuestros
antepasados prehistóricos más cercanos, nos sentimos obligados a empezar
por el principio y caminar por la senda de la evolución del hombre:
Todo empezó en la selva de Africa.
Hace 70 millones de años aparecieron los primates
o prosimios primitivos, animales más parecidos a una musaraña actual
que a un mono. Descendían de Insectívoros que adoptaron la vida en las
copas de los árboles.
Hace 30 millones de años se dividieron en dos grupos: los Antropomorfos
(chimpancés, gorilas) y los Homínidos (al que pertenecemos nosotros).
Los Antropomorfos siguieron viviendo en los árboles alimentándose de
frutos, hojas y brotes tiernos. Los Homínidos bajábamos de las ramas al
suelo a recoger frutos y granos, mirábamos por encima de la hierba,
andábamos deprisa para que no nos cogieran las fieras o nos defendíamos
de ellas a pedradas y trepando rápidamente a los árboles.
Huellas de Australopitecus en Kenya 3,5 Millones de años
Cuando el clima trajo la sequía, muchos árboles y animales se
extinguieron. La selva se redujo al cauce de los grandes ríos, dando
lugar a la sabana, espacio abierto de plantas bajas: arbustos
gramináceas y hierbas, quedando pocos árboles.
El bosque quedó reducido al cauce de los grandes ríos.
Los Homínidos abandonamos el bosque y nos acostumbramos a vivir en el
suelo de la sabana, entre los arbustos y los cereales. Nos alimentábamos
de plantas, frutos y granos de cereales. Eramos Recolectores.
El cuerpo sufre transformaciones importantes, que nos separan
definitivamente de nuestros parientes los monos.
Luci la Australopiteca que bajó del árbol
El Doctor Odontólogo y
Naturalista Félix Rodríguez De La Fuente nos lo cuenta así:
Poco a poco, y en una labor de muchísimos años, pudimos caminar
erguidos, la cadera y la columna se arquean para sujetar el tronco,
ayudadas por los glúteos. Los ojos miraron con más precisión a lo lejos
por encima de los cereales, por si venía alguna fiera. Los colmillos nos
desaparecieron, las muelas se juntaron para moler los granos, achicando
la mandíbula, que dejó más ligero el cráneo para que pudiera crecer el
cerebro. Los dedos pulgares de las manos se fueron enfrente de los
índices para coger los granos pequeños. Los brazos se acortaron y las
piernas se fortalecieron con la marcha y la carrera.
Hacha de mano de doble cara - Bifaz
Aprendimos a crear armas y útiles: a modificar el medio natural para
cubrir nuestras necesidades de alimento y abrigo. Nos convertimos en
Descubridores e Inventores por eso nos llamamos Homo Sapiens, Hombres
Sabios.
Nos desplazamos y poblamos Asia, América, por el estrecho de Bering, y
nagevamos hasta Australia.
Todas las personas que existimos hoy en La
Tierra descendemos del Homo Sapiens Sapiens.
¡Qué extraños los Neandethales! sobreviven un período glacial, más de
cien años, en Europa y Próximo Oriente y luego desaparecen. Eso sí, nos
dejaron el control del fuego para calentarnos, alumbrarnos, asar la
carne y ahuyentar a las fieras. Se atrevieron a cazar animales enormes
como los mamuts, osos y rinocerontes lanudos, creando armas de piedra,
bifaces, puntas de lanza, cuchillos para desollar a los mamuts.
Curtieron las pieles para abrigarse. Levantaron campamentos con tiendas
de huesos, colmillos y pieles de mamut.
¡Que interesante es todo esto, aunque nos quede tan lejos!
martes, 18 de noviembre de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario