Picasso nos cuenta. "Una de mis pasiones fueron los retratos,
pero ya se había inventado la cámara fotográfica
por lo que, parece que inspirado en las máscaras africanas,
comencé a pintar las caras de perfil y de frente a la vez:
colocando ojos, nariz, labios, donde me parecía".
Retrato de Marie Thérèse Walter
El genio conoce a Marie-Thérèse Walter en 1927 en una calle de París,
cuando ella tenía 18 años. El artista le dijo:
-Soy Picasso. Me gustaría hacerle un retrato.
-Lo siento buen hombre, no conozco ese nombre.
La acompaña a una librería y la enseña un libro sobre sus pinturas.
Desde entonces se convirtió en su modelo,
amante a escondidas y musa durante una década.
Tuvieron una hija a la que llamaron Maya.
Coloreamos la piel y las rayas del vestido con ceras.
Pintamos las tetas con témpera.
Nos encanta recortar ojos, nariz, orejas o boca,
y colocarlas en la cara como si fuéramos picassitos.
Un toque de color en el sombrero.
Así la vimos hace dos años en el Museo Reina Sofía
y la llamamos la descolocada.
¡Señorita, tiene usted una nariz interesante!
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