Quica era una niña muy guapa
que tenía el pelo muy negro y los ojos muy grandes.
Un día, sin esperar a su mamá, se fué camino de la escuela
con el bollo de pan en la mochila amarilla, cantando sin parar:
Cuando vaya a la escuela
me voy a llevar
mi mochila amarilla
y el bollo de pan.
La perrita Chufa, que la vió sola por la calle, fué corriendo a su lado para acompañarla.
Como la mochila era pequeña y el bollo de pan era grande, los pájaros volando,
picoteaban el bollo de pan y ponían sus patas encima de la cabeza de Quica.
Chufa les ladraba y Quica asustada se sentó en la acera y se puso a llorar.
La perrita la dijo deja de llorar y piensa en cómo evitar
que los pájaros vean el bollo y se lo coman.
Las dos juntas dieron con la solución: guardar el bollo dentro de la mochila.
¡Bravo Quica! ya podemos andar por la clase cantando tu canción.
Cuando vaya a la escuela
me voy a llevar
escondido en mi mochila
el bollo de pan.
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