Hoy hemos conocido a otro habitante del País de las Letras,
el panadero p que antes fué peluquero.
Hace mucho tiempo, en este país no había peluqueros y la letra p
se presentó voluntaria porque sabía decir muy bién pelo, peinar, peluquero.
Pero a una señora que fué a cortarse el pelo, la hizo una escabechina
¡la dejó casi calva! ¡que disgusto!
Tengo que pedirle perdón- pensó. Se fué a la cocina a hacer unos pasteles
y le salieron tan buenos, que decidió cambiar de trabajo.
¡Todos se alegraron un montón!
Con la melodía de "tengo, tengo, tengo" cantamos:
El peluquero,
ya no corta más
el pelo a las chicas,
pues lo hace muy mal.
Les hará pasteles,
tartas y bollitos,
churros, piruletas
que le gustan más.
Con el pincel seguimos el trazo:
Manita,
bajo, bajo, tacón.
Subo, subo y
descanso en el sillón.
martes, 13 de diciembre de 2011
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