En su discurso, al recibir el Premio Cervantes, nos invita con Alicia
a atravesar el espejo e internarnos:
"en el mundo que me ha fascinado desde mi más tierna infancia,
que desde niña me ha mantenido atrapada en sus redes, el Bosque,
que es para mí el mundo de la imaginación, de la fantasía,
pero también de la propia Litaratura y, a fin de cuentas, de la palabra".
Es verdad. Las ideas de la Gente pueden cambiar, pero los sentimientos
que provocan los cuentos son siempre los mismos y se transmiten de padres a hijos.
Ilustración de Elena Ospina
En algunos cuentos, en el Bosque se esconden seres peligrosos: lobos, ogros,
brujas, osos, gigantes; en otros, seres extraordinarios: gnomos, duendes, hadas.
Los niños, al escucharlos, expresan sus preocupaciones, miedos, temores.
Según transcurre la acción del cuento, aparecen otros personajes que ayudan
a los protagonistas a salir airosos de la situación problemática y los
gestos de preocupación se transforman en sonrisas, suspiros, comentarios
de alivio y alegría.
Los maestros sabemos de la importacia de los cuentos narrados y disfrutamos de primera mano de la ensoñación que producen en los niños.
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