martes, 26 de octubre de 2010

Cosemos hojas

Con la ayuda de Cristina y Montse cosemos el nervio de la hoja
con una hebra de lana. Usamos el punzón para abrir los agujeros
en la hoja de cartulina. Pasamos la aguja con la lana y salen
las puntadas. Dejamos la hebra que sobra del rabito y las
colgamos en el árbol del pasillo.



Dramatizamos este pequeño poema:

"Hojita de Otoño
que vuelas y bailas.
¡Llévame contigo
a donde tu vayas!"

En este árbol vamos a colocar las nueces y los almendrucos
de cartulina que traigáis de casa.

¡Que no les falte comida a las ardillas!



También estamos decorando con hojas el vestido
y las botas del Hada Acaramelada.

¡La varita mágica!

lunes, 25 de octubre de 2010

Nos acercamos a La Edad de Piedra



Trogli nos acompaña a ver el cuento de Croniñón, la historia de los hombres,
mujeres, niños y niñas Cromañón:



¿Dónde vivían?- en cuevas: echaban a los osos y se quedaban por una temporada.
Años más tarde, levantaron campamentos con tiendas de pieles, colmillos y huesos.



Cerca de la entrada ardían las hogueras. Aprendieron a conservar encendido el fuego, para calentarse, asar la carne, alumbrarse de noche y para que no se acercaran los animales.



¿Qué comían? - frutos, raíces, granos de trigo, huevos, pescado y carne.



¿Cómo se vestían? - con pieles de los animales.

¿A qué se dedicaban? - Eran recolectores y cazadores.



Su principal actividad era conseguir los alimentos:
Las mujeres y los niños y niñas recolectaban frutos, cereales, raíces.

Los hombres jóvenes y fuertes salían a la caza de animales, como el mamut,
el ciervo y el bisonte.



Golpeando las piedras, elaboraron armas: hachas bifaces, puntas de lanza, filos a modo de cuchillos para partir la carne y raspadores para limpiar las pieles.



Con finos huesos hacían agujas para unir las pieles y coser la ropa y las botas.

¿Cómo se divertían? - Alrededor del fuego se sentaban a comer, a hablar, a coser, a ensartar dientes y plumas para colocárselos en el cuello, como un collar, o en la cabeza como una diadema.



Celebraban la buena caza danzando al son de la flauta y de los tambores.



Decoraban las paredes de las cuevas con pinturas rupestres: dibujando las siluetas de los animales con un carboncillo y rellenándolas con ocres mezclados con grasas y aceites.



Deseando tener suerte en la próxima caza, se convirtieron en los primeros artistas de la Humanidad.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Canción del Hombre Cromañón

Sentados en la alfombra, nos esforzamos en discriminar el sonido de las letras.



Esta prehistórica canción nos ayuda a reconocer las vocales:



O O O soy el Hombre Cromañón.



U U U a la caza del mamut.



A A A con mi lanza morirás.



E E E y tu carne comeré.



I I I ¡creceré fuerte y feliz!

martes, 12 de octubre de 2010

La Prehistoria en Infantil

Croniñón es uno de los cuentos para los más pequeños que mejor refleja la vida de nuestros antepasados de la Edad de Piedra.

Os dejo que la veáis, viajando atrás en el tiempo.

Pincha en Croniñón el niño Cromañón.

Croniñón quiere ir de caza, pero se convierte en un artista, al pintar en la pared de la cueva, la figura del mamut que encontró en la nieve, pensando que era una roca.



Prehistorias así nos lo ponen más fácil a los maestros.

lunes, 11 de octubre de 2010

Viaje a la Edad de Piedra



El hombre prehistórico

Para entender la forma de vida de los Hombres Paleolíticos, nuestros antepasados prehistóricos más cercanos, nos sentimos obligados a empezar por el principio y caminar por la senda de la evolución del hombre:

Todo empezó en la selva de Africa. Hace 70 millones de años aparecieron los primates o prosimios primitivos, animales más parecidos a una musaraña actual que a un mono. Descendían de Insectívoros que adoptaron la vida en las copas de los árboles.

Hace 30 millones de años se dividieron en dos grupos: los Antropomorfos (chimpancés, gorilas) y los Homínidos (al que pertenecemos nosotros).

Los Antropomorfos siguieron viviendo en los árboles alimentándose de frutos, hojas y brotes tiernos. Los Homínidos bajábamos de las ramas al suelo a recoger frutos y granos, mirábamos por encima de la hierba, andábamos deprisa para que no nos cogieran las fieras o nos defendíamos de ellas a pedradas y trepando rápidamente a los árboles.

Cuando el clima trajo la sequía, muchos árboles y animales se extinguieron. La selva se redujo al cauce de los grandes ríos, dando lugar a la sabana, espacio abierto de plantas bajas: arbustos gramináceas y hierbas, quedando pocos árboles.
El bosque quedó reducido al cauce de los grandes ríos.



Los Homínidos abandonamos el bosque y nos acostumbramos a vivir en el suelo de la sabana, entre los arbustos y los cereales. Nos alimentábamos de plantas, frutos y granos de cereales. Eramos Recolectores.



El cuerpo sufre transformaciones importantes, que nos separan definitivamente de nuestros parientes los monos. El Doctor Odontólogo y Naturalista Félix Rodríguez De La Fuente nos lo cuenta así:

Poco a poco, y en una labor de muchísimos años, pudimos caminar erguidos, la cadera y la columna se arquean para sujetar el tronco, ayudadas por los glúteos. Los ojos miraron con más precisión a lo lejos por encima de los cereales, por si venía alguna fiera. Los colmillos nos desaparecieron, las muelas se juntaron para moler los granos, achicando la mandíbula, que dejó más ligero el cráneo para que pudiera crecer el cerebro. Los dedos pulgares de las manos se fueron enfrente de los índices para coger los granos pequeños. Los brazos se acortaron y las piernas se fortalecieron con la marcha y la carrera.



Hacha de mano de doble cara - Bifaz

Aprendimos a crear armas y útiles: a modificar el medio natural para cubrir nuestras necesidades de alimento y abrigo. Nos convertimos en Descubridores e Inventores por eso nos llamamos Homo Sapiens, Hombres Sabios.

Nos desplazamos y poblamos Asia, América, por el estrecho de Bering, y nagevamos hasta Australia. Todas las personas que existimos hoy en La Tierra descendemos
del Homo Sapiens Sapiens.



Homo Sapiens Sapiens

¡Así hemos quedado de guapos!


Dentro de poco disfrutaremos de un Otoño Prehistórico en la senda de Arqueopinto:



Acompañaremos a Lucy, una chica Australopiteca, que aún se parece bastante a las chimpancés.



Golpearemos piedras de sílex para romperlas en pequeñas láminas o lascas y ayudaremos a cortar la carne al Homo Antecessor de la cueva de Atapuerca,
pues se va a arañar los dientes.



Frotando un palo o golpeando dos piedras de pirita, haremos fuego con el Homo Neanderthal.

¡Qué extraños los Neandethales! sobreviven un período glacial, más de cien años, en Europa y Próximo Oriente y luego desaparecen. Eso sí, nos dejaron el control del fuego para calentarnos, alumbrarnos, asar la carne y ahuyentar a las fieras. Se atrevieron a cazar animales enormes como los mamuts, osos y rinocerontes lanudos, creando armas de piedra, bifaces, puntas de lanza, cuchillos para desollar a los mamuts. Curtieron las pieles para abrigarse. Levantaron campamentos con tiendas de huesos, colmillos y pieles de mamut.

Visitaremos la pared de las pinturas rupestres de los primeros artistas de la Humanidad los Homo Sapiens Cromagnon. Puede que nos dejen estarcir alguna mano.
Ya que nos parecemos a ellos, nuestros antepasados de la Edad de Piedra.



En los talleres prehistóricos viajaremos hacia atrás en el tiempo a la Edad de Piedra y ¡a la luz de las velas! pintaremos con carbón y polvos de color ocre o rojo, algún animal que nos dé suerte en la caza.



¡Qué interesante es todo esto, aunque esté tan lejos!